Como era de esperarse, una mayor divulgación de información sobre las
bondades de la moringa como alimento y como ayuda para mejorar problemas de
todo tipo en materia de salud, ha provocado la reacción de sectores que
confiesan que no la conocen… pero afirman que puede ser peligrosa.
Y realmente la moringa,
libertad o amor fino como se le conoce en República Dominicana, tiene tantas
posibilidades de contribuir a solucionar problemas en países pobres que no es
de extrañar que se levanten voces tan disímiles para poner en duda sus
propiedades o para advertir peligros en su consumo.
Se trata de sembrar dudas
sobre la efectividad de una planta medicinal y alimenticia que la gente puede
obtener gratuitamente en cualquier carretera y reproducirla en su casa sin
gastar un solo peso.
Los estudios científicos
sobran por todos lados y en países como México, Colombia, España, Paraguay,
entre otros, ya hay sólidas organizaciones de productores porque la moringa
tiene una gran demanda para el consumo de las personas, animales, abonos,
fungicidas y la industria cosmética.
Si el mundo conoce a fondo
las propiedades de la moringa, la industria química de los medicamentos, la de
los fertilizantes químicos y de la industria cosmética pierde una parte de sus
mercados.
La Internet está llena de
estudios científicos que prueban que la moringa, amor fino o libertad es
altamente eficaz para tratar cientos de padecimientos que están altamente
extendidos en los países como República Dominicana y los efectos están
sobradamente demostrados como muy beneficiosos para bebés, jóvenes, adultos y
envejecientes.
Aunque se utiliza desde hace
miles de años en Asia y África como alimento y medicamento popular desde donde
los soldados ingleses la trajeron a América hace más de cien años, la moringa
tiene un enemigo muy poderoso que no permite que la gente la conozca
masivamente: la industria química de medicamentos y de fórmulas infantiles que
hace tiempo desplazaron a la leche materna.
La moringa crece con toda
rapidez en el trópico y se reproduce casi perennemente en las áreas más pobres
del planeta como si fuese una respuesta a la malnutrición y a la invasión de la
comida chatarra y las bebidas gaseosas que han dañado la salud de cientos de
millones de personas.
El consumo de moringa muy
probablemente se transforme en un negocio, pero paralelamente la mayoría de la
población nunca tendrá que comprar el producto porque la planta crece
espontáneamente en todos los climas de República Dominicana y se puede plantar
uno o dos árboles en cualquier jardín, patio de la casa y hasta en un macetero
en el balcón de un apartamento, y es suficiente para preparar té durante años.
El cuidado que debe tener la
gente es no comprar moringa en la calle pues pueden venderle basura y
estafarla, pero una vez que la conocen y la plantan en sus casas, consumirla
siempre será beneficioso para prevenir o superar múltiples enfermedades.
El gobierno debe propiciar
el establecimiento de grandes viveros para donar plantas a la gente que quiere
cultivarla en su patio y disponer de una fuente inagotable de proteínas,
minerales y vitaminas.
Por muchos años la moringa,
libertad o amor fino se ha usado en República Dominicana en forma de té en
áreas rurales y barrios porque es excelente para atacar la gripe y los
parásitos intestinales.
Si se siguen conociendo sus
beneficios nutricionales y medicinales, será de gran ayuda para la población
más pobre del país y lo más importante: no hay que comprarla, solo plantarla.
Aquí dejo más páginas web para
que quien quiera conocer sobre sus extraordinarias propiedades y los estudios
científicos, lo hagan y no se dejen manipular como en el pasado cuando se decía
masivamente que la piña era dañina para la juventud, empujando a las personas a
consumir gaseosas.
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