
El ojo del huracán Ike salió de Cuba y ahora se encuentra a poco más de 200 kilómetros al noroeste de La Habana. Sus torrenciales aguaceros y ráfagas de viento de hasta 100 kilómetros por hora se sienten en Pinar del Río y La Habana.
El huracán, ahora con vientos de 140 kilómetros por hora, se dirige al centro del Golfo de México y el Centro Nacional de Huracanes de Miami prevé que entre fortalecido a territorio estadounidense por la desembocadura del río Mississipi.
Ike deja a Cuba con muy serios daños en la infraestructura, miles de casas destruidas, la agropecuaria diesmada y cuatro muertes.
Los daños fueron peores en Haití, donde cientos de personas murieron ahogadas en Gonaives, una ciudad que quedó sepultada en lodo y agua.
La ayuda humanitaria debe fluir inmediatamente a Haití y Cuba, pueblos caribeños que mayores daños sufrieron por los ciclones Gustav e Ike en una misma semana.