sábado, 23 de junio de 2012



Acertó la Academia de la Lengua

Felipe Ciprián

La Academia Dominicana de la Lengua acaba de declarar que es un disparate y una aberración decir que “los dominicanos y las dominicanas pueden luchar por su patria…” y que ellos y ellas son patriotas… entre otros desaguisados.
Tiene razón la Academia.
Ser feminista, sobre todo en la boca y la acción de los varones, es ser consecuente de hechos y palabras, no de verbo y poesía, que son meras poses que solo deforman la lengua.
Conozco hombres –no estoy seguro de que sean machos- que se echan el lujo de hablar de “nosotros y nosotras luchamos por la igualdad de derechos”, pero en su casa son perfectos dictadores, patriarcas indoblegables.
Otra vez tiene razón el buen médico: “No hagas lo que yo hago, sino lo que te digo que hagas”.
El 8 de marzo de 2011 escribí un artículo titulado “Machismo en el uso del idioma” en el que expuse con suficientes ejemplos que no se puede sustentar el feminismo sobre la base de desnaturalizar la esencia del español como lengua.
No hay poeta o poetiza capaz de escribir un poema con valor literario usando simultáneamente “el y ella”, “nosotros y nosotras”, “dominicanos y dominicanos” y demás artificios forzados del idioma que solo conducen a deformarlo y a hacerlo ininteligible.
                                                -II-
Es como la idiotez de llamar a diputados y senadores “congresistas” y a las elecciones donde se los escogen “congresionales” o “congresuales”. Es la peor falta de precisión que puede tener un hablante hispano, pero ellos y muchos periodistas las repiten cada día sin detenerse a buscar cuál es la falta que enseñan a sus lectores.
Un congresista es un participante en un congreso de cualquier naturaleza. Lo congresual es lo relativo a congreso, también de cualquier naturaleza.
Ahora bien, cuando usted piensa referirse a un funcionario electo que tiene la facultad de proponer, discutir y elaborar leyes, habla concreta y únicamente, de un “legislador”.
Congresista puede ser un motoconchista que participa en un congreso de motoconchismo; congresual es todo lo relativo a congreso de cualquier naturaleza, pero legislador es solo quien forma parte de un parlamento que tiene como facultad legislar, o lo que es lo mismo, aprobar leyes.
En este país hay un poder Ejecutivo, un poder Legislativo y un poder Judicial, definidos por la Constitución, pero a los miembros del poder Legislativo, en lugar de llamarlos apropiadamente legisladores, los nombran “congresistas” y supuestamente los eligen en comicios “congresuales”, cuando yo suponía que eran elecciones legislativas y los ganadores “legisladores”.
Ahí tiene la Academia más trabajo para los próximos 15 meses. Cuando sus miembros examinen bien este tema, los respaldaré nuevamente, como ahora, en el caso del “machismo en el uso del idioma”, que publiqué el 8 de marzo de 2011, Día Internacional de la Mujer. 

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