Cuando las montañas de La Horma y El Bejucal fueron devastadas comenzó un proceso de deterioro ambiental en San José de Ocoa que parece irreversible. Luego (en 1979) vinieron el huracán David y la tormenta Federico a descargar torrenciales aguaceros, el río Ocoa creció y sobrevino el colapso del puente construido como parte de la carretera Ocoa-Constanza.
Al año siguiente, en el gobierno de Antonio Guzmán, se inició la construcción de un nuevo puente. Como me tocó cruzar el río a nado junto a Catalé, Juan López (fallecido), Miguel Arias, Darío Genao y Pipilo Tejeda cuando David arrasó todo para ir a pie 30 kilómetros al norte (Rancho Arriba) a ayudar a los niños a evitar diarreas, le dije al ingeniero Félix Grasald que el nuevo puente que se construía en el Ocoa no resistiría otro ciclón.
Aunque Félix no era el ingeniero constructor, el que estaba al frente de la obra era un amigo suyo, como buen profesional del área y hombre que disfruta de hacer las cosas bien, me dijo: “El puente no se va con ningún ciclón, pero los aproches pueden irse”. Profano yo en las artes de la ingeniería porque mis ocupaciones iban por otros rumbos, le espeté de inmediato: “Félix, es lo mismo, los aproches son parte del puente. Si el puente se queda sin conexión a la carretera no hay puente, porque puente es lo que permite pasar por encima de un río, un pantano, una parte del mar o sobre un abismo”.
Desde el huracán Georges para acá, los ocoeños se habían adaptado a que cada vez que viene un ciclón, el río se lleve el muro de arena que Obras Públicas coloca como “aproche” en el lado oeste del puente.
Ahora mismo, como hace pocos días, los ocoeños no tienen paso desde el municipio cabecera hasta Sabana Larga, Nizao, Rancho Arriba, La Ciénaga, La Horma, Constanza, Piedra Blanca y decenas de parajes altamente productivos.
¿Qué tienen que hacer los ocoeños para que Obras Públicas se convenza de que tiene que construir un puente que cruce el río Ocoa totalmente, desde la finca de Nene Caminero hasta la de Amancio Estrada (otros pueden ser los dueños actualmente de esas tierras) para que con cada temporal no se quede aislada la zona productiva?
Ayer me informaron que en medio de las tres tormentas estaban preparando una protesta gigantesca porque los ocoeños se cansaron de que el “puente sea de arena”.
¿Cuántos muertos tiene que aportar Ocoa para tener un puente en la carretera por donde rueda la mayor producción nacional de papa y el mejor café del país?
Al año siguiente, en el gobierno de Antonio Guzmán, se inició la construcción de un nuevo puente. Como me tocó cruzar el río a nado junto a Catalé, Juan López (fallecido), Miguel Arias, Darío Genao y Pipilo Tejeda cuando David arrasó todo para ir a pie 30 kilómetros al norte (Rancho Arriba) a ayudar a los niños a evitar diarreas, le dije al ingeniero Félix Grasald que el nuevo puente que se construía en el Ocoa no resistiría otro ciclón.
Aunque Félix no era el ingeniero constructor, el que estaba al frente de la obra era un amigo suyo, como buen profesional del área y hombre que disfruta de hacer las cosas bien, me dijo: “El puente no se va con ningún ciclón, pero los aproches pueden irse”. Profano yo en las artes de la ingeniería porque mis ocupaciones iban por otros rumbos, le espeté de inmediato: “Félix, es lo mismo, los aproches son parte del puente. Si el puente se queda sin conexión a la carretera no hay puente, porque puente es lo que permite pasar por encima de un río, un pantano, una parte del mar o sobre un abismo”.
Desde el huracán Georges para acá, los ocoeños se habían adaptado a que cada vez que viene un ciclón, el río se lleve el muro de arena que Obras Públicas coloca como “aproche” en el lado oeste del puente.
Ahora mismo, como hace pocos días, los ocoeños no tienen paso desde el municipio cabecera hasta Sabana Larga, Nizao, Rancho Arriba, La Ciénaga, La Horma, Constanza, Piedra Blanca y decenas de parajes altamente productivos.
¿Qué tienen que hacer los ocoeños para que Obras Públicas se convenza de que tiene que construir un puente que cruce el río Ocoa totalmente, desde la finca de Nene Caminero hasta la de Amancio Estrada (otros pueden ser los dueños actualmente de esas tierras) para que con cada temporal no se quede aislada la zona productiva?
Ayer me informaron que en medio de las tres tormentas estaban preparando una protesta gigantesca porque los ocoeños se cansaron de que el “puente sea de arena”.
¿Cuántos muertos tiene que aportar Ocoa para tener un puente en la carretera por donde rueda la mayor producción nacional de papa y el mejor café del país?
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