Por Eduardo Enrique Reina García
“Si dices una mentira tan grande que puedas seguir repitiendo, la gente terminará finalmente por creerla. La mentira se puede mantener sólo por el tiempo en que el Estado puede aislar a la gente de las consecuencias políticas, económicas y/o militares de la mentira. Resulta por tanto de vital importancia para el Estado, usar todos sus poderes para reprimir la disidencia, porque la verdad es el mortal enemigo de la mentira, y entonces por extensión la verdad es el mayor enemigo del Estado”. Joseph Goebbels 1897-1945 Ministro de Propaganda nazi. Se suicidó con su esposa y asesinó a sus hijos en el bunker de Hitler.
Dicen que la historia tiende a tener extrañas coincidencias. Honduras, un pequeño país en lo físico y en sus ejecutorias de importancia a nivel mundial, ya tiene dos antecedentes conocidos en la comunidad internacional. El 31 de octubre de 1998 azotó Honduras un huracán de proporciones nunca conocidas “el Mitch”, hizo que se perdiera todo el avance logrado en una incipiente democracia, principalmente por su impacto terrible en la pérdida de vidas, la destrucción de infraestructura y del aparato productivo en el país, generando un retroceso estimado de 20 años o más en logros en el país.
Además de ser un desastre natural inédito, al menos de los que se tenía registro en tiempos modernos, provocó una reacción novedosa e inusitada de toda la comunidad internacional en su conjunto, se coordinó el esfuerzo de asistencia, de rehabilitación y de reconstrucción de Honduras. Entre los actores fundamentales del gobierno de Carlos Roberto Flores en aquel momento, se encontraba un ministro del Fondo Hondureño de Inversión Social, que manejó con suma eficiencia la rehabilitación inicial de infraestructura, escuelas y centros de salud. Lo que le valió el reconocimiento de organismos internacionales como el Banco Mundial, el BID, la Unión Europea, la USAID, y todos los países y organismos que trabajaron fuertemente por Honduras, esfuerzos que se concentraron en el proceso de Estocolmo. Sin olvidar el reconocimiento de grandes sectores de la población hondureña que le hicieron presidente y ahora resisten.
Ese hombre es José Manuel Zelaya Rosales, naturalmente hubieron esfuerzos conjuntos de muchos, pero nadie puede negar la capacidad que tuvo para actuar de forma rápida ante tal desastre. Mel como se le conoce popularmente inició después del Mitch una batalla política, renunciando a sus privilegios de ministro, tropezando con una primera derrota, obteniendo después una victoria contra todas las fuerzas que normalmente han manejado la política en Honduras, sin el apoyo de los grandes intereses y contra un candidato oficialista que gozaba no sólo del respaldo de Maduro sino que de los fondos y recursos del Congreso. Lo que dicho sea de paso, generó supuestamente reformas a la Constitución que fue violada en varias ocasiones por Roberto Micheletti y Pepe.
A muchos les puede parecer o no parecer lo que hizo Mel en el gobierno, pero Honduras después del Mitch inició un proceso de crecimiento económico y social que Mel mantuvo e incrementó. En lo que a Mel toca, las cifras del país hasta el 28 de junio día del golpe de Estado, (porque no se le puede llamar de otra forma, 192 gobiernos del mundo así lo respaldan) fueron a pesar de la crisis financiera y energética sumamente importantes, manteniendo altos niveles de competitividad y de apertura comercio. Ahora todos esos que ahora respaldan el golpe, porque me consta, principalmente los empresarios, llamaban y hacían fila para pedirle favores a Mel, quien lejos de ser comunista como ahora dicen, les ayudó a la gran mayoría y jamás nacionalizó o expropió una sola empresa. Al contrario les respaldó. Claro, tratar de poner orden en el país y la economía y los privilegios en telecomunicaciones, energía, pago de impuestos, concesiones aeroportuarias, compras públicas de medicamentos y armas, trae sus consecuencias no en balde son más de 3,000 millones de lempiras al año que se van a pocas manos, lo que no es delito a menos que se utilicen influencias y corrupción, como ocurre y nadie puede negar.
El régimen golpista encabezado por Roberto MICH…eletti, ha sido un huracán peor que el MITCH original, es el desastre hecho por el hombre más grande de la historia del país ha provocado que perdamos el apoyo o congelamiento de más de 1,500 millones de dólares en tres meses, las reservas internacionales bajan a un ritmo sin precedentes, los negocios pierden por la insistencia y terquedad de mantener en el poder bajo la fuerza de las armas a un régimen que nadie conoce.
Por otra parte la sola existencia de un golpe de Estado ha provocado la primera respuesta de 192 países en la ONU, de los 34 de la OEA, del Grupo de Río, el CARICOM, la Unión Europea y en fin no hay un solo organismo en el mundo que reconozca este desastre de mano humana llamada “sustitución democrática” y que normalmente se llama dictadura en el mundo entero. La vergüenza no puede ser mayor, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Amnesty International, Human Right Watch, CEJIL y todos los que trabajan en derechos humanos han constatado las violaciones de derechos humanos por parte de la dictadura civil-militar.
Las inteligentes y planeadas tácticas de los estrategas desempolvados de la guerra fría del régimen golpista, no les han surtido efecto, parece que no leyeron que el manual debería decir, sólo aplica en momentos de guerra fría. El daño que el golpe le provoca al país tiene un impacto terrible en la economía. Y no se lavará con las elecciones. Resulta incomprensible si los candidatos, estarán conscientes de que con Mitch II tendrán un régimen que no será reconocido por el mundo, suspendido de la OEA y que para que reactive la cooperación del FMI, BM, BID y la ayuda de EEUU y la Unión Europea, pasarán años con una convulsión social y pobreza extrema. De verdad parece increíble que no asuman un liderazgo real y por lo tanto la crisis política, social y económica de Honduras no sólo se profundizará y se dará un gobierno débil, claro la conspiración también puede incluirlos, de allí tal vez su apoyo al golpe.
El huracán Mitch nos golpeó y el mundo nos ayudó a levantarnos, Mich…eletti golpeó la democracia y además provocó el rechazo del mundo, con seguridad la segunda versión de un fenómeno natural y como ocurre en todo, los daños provocados por el hombre superan en creces los de la naturaleza.
*Publicado originalmente por el diario La Tribuna, de Tegucigalpa, Honduras, el 30 de septiembre de 2009.
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